Un motor necesita dos cosas para funcionar: combustible y aire. El aire que absorbe
el motor debe pasar previamente por el filtro de aire. La
función del filtro es retener las impurezas sin afectar el caudal de aire que entra
en el motor para la combustión.
Al circular con un filtro en estado de saturación, el desempeño del motor se verá
afectado, lo cual podría derivar en averías. También implicaría un aumento de la
emisión de gases contaminantes a la atmósfera. El filtro de aire es una pieza crucial para el desempeño óptimo del motor que puede ser
cambiada con facilidad y por un precio económico (entre 10 y 40 euros).
¿Para qué sirve el filtro de aire?
El filtro de aire es la primera pieza del sistema de admisión del motor. Retiene
las partículas de polvo en suspensión a fin de que estas no accedan a la cámara de
combustión.
Si el filtro se satura y no es reemplazado, las partículas podrían llegar a
traspasarlo y causar ralladuras en los pistones y paredes de los cilindros, lo cual
resultaría en un deterioro prematuro del motor. Por tanto, reemplazar
los filtros de aire a su debido tiempo previene daños
mayores que requerirían un gasto importante en reparaciones.
Un filtro saturado también obstruirá el paso de aire, reduciendo el caudal de
entrada al motor. Si entrase menos aire en la cámara de combustión, esa diferencia
la cubriría un mayor aporte de combustible. Es decir, el vehículo consumiría más
combustible del necesario, a la vez que la potencia del motor se vería reducida.
Además, la descompensación del equilibrio entre combustible y aire haría que la
emisión de gases del tubo de escape sea contaminante, dado que una mezcla
desproporcionada no se quema correctamente.
¿Cuándo debo cambiar el filtro de aire?
Las principales marcas de filtros de aire suelen
recomendar un intervalo de kilómetros para su sustitución. Sin embargo, lo cierto
es que dichos valores pueden variar significativamente según el entorno en el que
se conduzca el vehículo y la época del año. Por ejemplo, las zonas secas y caminos
de tierra ensuciaran antes el filtro. Lo mismo ocurre con el polen de los árboles
en primavera y verano.
Por lo general, en cada revisión periódica se lleva a cabo un cambio del filtro de aire. Pero si quieres llevar un control de primera mano del filtro de tu coche, te
interesará saber que dos de los indicios más notorios de que el filtro está
saturado es la disminución de la potencia al acelerar y la emisión de gases opacos
y oscuros por el tubo de escape.
Otro indicador de que debes cambiar el filtro es el mal funcionamiento de los
sensores electrónicos debido a la obstrucción del paso de aire. Entre ellos
destacan el caudalímetro y el sensor de presión del colector de admisión.
También puedes remover el filtro para comprobar su nivel de suciedad. El color
original de los filtros suele ser un amarillo claro o blanco. Prueba a agitarlo un
poco para sacar el polvo de su superficie y comprobar el grado de suciedad de la
fibra de papel, pero no intentes limpiarlo porque podrías romperlo. Si decides
cambiar el filtro, te recomendamos que lo hagas a través de un profesional en tu
taller Euromaster.
Limpiar el filtro de aire: una opción a descartar
Limpiar el filtro mediante un soplete de aire a presión es una práctica extendida
entre los aficionados a la mecánica. Sin embargo, los expertos recomiendan evitarla
dado que la limpieza solo permitire sacar las partículas de polvo que están
sueltas, pero no las retenidas en la fibra de papel. Es imposible remover las
partículas retenidas sin dañar el filtro.
Como la mejora que ofrece la limpieza superficial es insignificante, es preciso
cambiar el filtro de aire cuando esté sucio y así contribuir al desempeño del motor
y prevenir mayores complicaciones.